Contadores de estrellas

miércoles, 19 de diciembre de 2012

Papá.


Sé que no era lo que esperabas, o que quizás no entraba en tus planes. Sé que no soy perfecta, pero tú tampoco. Y tampoco se puede decir que llevaras la mejor vida...
Pero ahora invierto la frase, lo que un día eché de más, ahora lo echo de menos.
No supe valorarte, porque pensé que no tenías valor. Es duro, pero lo pensaba. Igual creo yo que te pasó a ti.
Quizás no fuera lo más importante de tu vida, pero formaba parte de ella, y aunque ninguno de los dos nos valorábamos lo suficiente, sé que me querías, al igual que yo a ti.
Pero ya son casi dos años los que llevo sin ti, sin saber nada de ti. Recuerdo el: ''Ella no quiere hablar contigo, adiós, un beso.'' Y ahí acabó todo. Bueno sin pasar por alto los tres mensajes que recibo de ti al año: ''Feliz cumpleaños'' ''Feliz santo'' ''Feliz navidad''.
Quizás esas tres fechas fueran más felices si nos tuviéramos, quizás...
Pero, ¿Sabes qué? Recuerdo cada día una cosa referente  a ti. Como tu GAME BOY amarilla, o el dinero para las chuches, o esos sustos que nos dabas jugando al escondite, quizás cuando me ayudabas a hacer sudokus, o viendo las series de miedo a las siete de la mañana, los reyes... No sé, podría decir mucho más, pero, ¿para qué? A cada palabra que escribo, más triste me pongo. Lo triste, es que abundas más los malos recuerdos que las cosas que he nombrado. Demasiado mal padre fuiste y eres.
Hoy soñé contigo, soñé que te volvía haber pero estabas serio. No sé, me ha dejado una sensación rara todo el día.
Afortunados los que tenéis padre, porque yo tengo, pero es como si no tuviera. Valoradlo, por favor.

lunes, 3 de diciembre de 2012

Capítulo 23


''Lleva quince minutos observándolo, ya se sabía su rostro de memoria, pero el repaso no le ha venido nada mal. Nunca habría imaginado que pudiera estar tanto tiempo seguido sin despegar los ojos de una persona dormida.
Tras el juego y los besos, Valeria y Raúl se quedaron echados en el sofá, abrazados. Apenas hablaron. Tampoco hacía falta. Ella nunca había vivido una situación parecida. Estaba disfrutando tanto que se relajó y se quedó dormida con la cabeza apoyada sobre el pecho de Raúl y los brazos de éste rodeándole la cintura.''