Pasado un
año más, cerramos la última página del calendario. Adiós, 2012, adiós. No
empezaste de gran forma, pero tuvistes el mejor de los finales.
Este año me has dejado grandes
recuerdos, y otros más pequeños. Algunos que se van a quedar marcados y otros
que mejor olvidar.
Por una parte he conseguido metas
que no pensaba alcanzar y me he propuesto cosas, que por una cosa o por otra,
al final no salieron. Me he propuesto ser skater y aprender a guitarra, pero
vaya que ni lo conseguí. Mis notas han seguido siendo igual de buenas, y aunque
sé que eso no es lo más importante, merece la pena recalcarlo.
Y ahora vienen las cosas
importantes.
Sé que las personas cambian, y no
por ello, no lo hice yo. Para bien, creo. Y aunque eso conlleva dejar a gente
por el camino, aquellas que dejé, doy por seguro que no me aportaban nada. Sin
embargo, gane muchas otras, que hicieron de mí, alguien mejor.
Fui solidaria y sincera. Fui
buena e intenté que quién estuviera conmigo, lo pasara bien.
Conocí lo que yo pensaba que era
amor, pero que obviamente resultó no serlo. Me decepcionaron mucho y yo sola me
tragué el dolor. Pero también al final de 2012, pude comprobar lo que es el
amor de verdad, bueno, paciente y puro, y que ahora estoy disfrutando.
Me robaron y me hicieron daño,
pero aunque ahora tenga miedo siempre, se supera. Choqué con cristales
inesperados, y me gastaron bromas que acabaron mal. Pero doy por seguro que a
todo lo malo, le intenté poner buena cara.
Y aunque hayan cambiado mis
compañías, hay cosas que siguen igual. Los amigos verdaderos perduran, al igual
que espero que perdure este blog.
Se iniciaron cambios y proyectos
y finalizaron cosas que no merecían la pena. Me he llevado grandes sorpresas, y
un gatito de dos meses.
No mucho más que decir, por no
aburrir a aquellos que se paren a leerme. Espero que todos disfrutéis de una
feliz navidad, mucho amor y felicidad. Lo típico. Besitos.
Ana.
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